Hace un buen tiempo que no escribo nada. Y lo recordé por un amigo de mi comunidad de facebook. Los días transcurren tan de prisa que sin darnos cuenta vemos que ya estamos en los días rojiverdes, días mezclados de raros sentimientos.
Cuando era niña no me preocupaba, solo escribía una carta a un viejito buena gente que me daría lo que yo más quisiera. Ahora –en estos días- añoro aquel olor a juguetes nuevos, aquella mesa llenas de dulces y comida rica. Ese calor de una familia reunida y feliz de estar unida a pesar de las vicisitudes.
Cuando Víctor –mi amigo del facebook- me dijo postea algo, me pregunté ¿Y qué puedo postear? Tendría mil cosas de que escribir páginas enteras, quizá de la universidad, quizá del cambio climático o quizá de mi amia Laura, que otra vez durmió fuera de casa.
Pero nada de eso me gusta! jajaja
Entonces recordé que hace unos días, conversando con un chico muy lindo, recordaba esos días de mi infancia y de aquellas navidades que lo fueron todo. Los máximos recuerdos! Y de la nostalgia que se siente al llegar estas fechas. Y cierras los ojos y te das cuenta que ya creciste (derrepente no de tamaño pero si de edad) que ya no eres aquel niñito que mamá cambia y arreglaba para recibir la cena, la noche buena.
Para mí, le decía yo, son fechas muy tristes. Creo que la razón de ser de las navidades no son los regalos, el panetón o el rico pavo, sino la UNIÓN. La reunión de los que quieres. Solo se puede gozar una linda navidad con tu familia unida. Con mamá alistando la mesa, papá preparando la cena, nosotras esperando la media noche.
Sin o con regalos, nada importa, solo estar con quienes te dieron la vida o a quienes le diste la vida tú, o con quienes jugaste de niño, no dejen de estar con quienes pueden y dar lo único sano AMOR. Quizá yo no pueda estar con mamá y papá juntos pero de hecho haré mi mayor esfuerzo por estar feliz y dar gracias por todas aquellas navidades que gocé a su lado. Aunque ahora no tenga una buena foto, solo los bellos recuerdos.